Agosto fue un mes importante para la lucha de las mujeres lesbianas en Brasil. El día 19 se celebró el Día del Orgullo y el martes 29 fue el Día Nacional de la Visibilidad Lésbica. La representación política de las mujeres lesbianas ha aumentado en el país. En 2022, seis fueron electas, y el movimiento está cada vez más movilizado y exigiendo medidas para reducir vulnerabilidades como la violencia física, simbólica y también política. En las últimas semanas, seis parlamentarias han sufrido amenazas de "violación correctiva".
Aumentar la representación de las personas de la diversidad sexual y de género en los espacios de poder es importante para consolidar una democracia cada vez más capaz de responder a las necesidades de la sociedad en su conjunto. En junio, nuestra encuesta "LGBT+ en la política: percepciones del electorado en América Latina" mapeó cómo las poblaciones de Argentina, Brasil, Colombia y México ven las experiencias de los liderazgos LGBT+ en la política institucional de estos países. El reconocimiento de la violencia como obstáculo para una mayor participación fue uno de los elementos que se captaron. Consulte los resultados aquí.
Sobre el tema, conversamos con Lélia de Castro, activista lesbofeminista, integrante de Mirada Colectiva y de VoteLGBT, organización aliada de Luminate. En la entrevista, hablamos sobre el panorama de la actual representación lésbica en la política brasileña y profundizamos nuestra reflexión sobre la importancia de su participación en los espacios de poder. Aquí su entrevista:
¿Cuál es el panorama actual de la representación lésbica en la política institucional de Brasil?
A partir de las investigaciones realizadas por VoteLGBT, encontramos una mayor participación de candidatas y representantes lésbicas electas; no obstante, continuamos estando subrepresentadas. De las 18 personas LGBT+ elegidas para la legislatura en la última elección, 16 eran mujeres, y seis de éstas eran lesbianas. La mayoría está concentrada en las regiones Sur y Sudeste de Brasil.
Como logramos analizar las elecciones desde la pre-campaña, seguimos el proceso de las candidaturas lésbicas y los obstáculos que enfrentan en la política institucional. En la fase de pre-campaña, cuando aún estaban considerando ser candidatas, las mujeres lesbianas no habían iniciado conversaciones con los partidos para obtener recursos financieros y apoyo para sus campañas, pero ya estaban fuertemente movilizadas y socialmente articuladas. Este dato demuestra un fuerte capital político social propio, con una mayor conexión a los movimientos sociales que al interior de los partidos.
En el momento de la campaña, las candidatas lesbianas tenían proporcionalmente más probabilidades de ser confirmadas por los partidos políticos para participar en las elecciones que otras identidades LGBT+. Del mismo modo, en las elecciones, las candidatas lesbianas tuvieron proporcionalmente más éxito que otras candidaturas LGBT+.
A pesar de su éxito electoral, la subrepresentación del colectivo LGBT+ sigue siendo enorme, y es el grupo social con menor representación política. VoteLGBT calcula que en la actualidad esta subrepresentación es de alrededor de 55 veces en relación con la población LGBT+ brasileña estimada.
Uno de los factores que contribuyen a la subrepresentación es la violencia política LGBTfóbica. En un informe enviado por VoteLGBT a la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos, registramos 62 casos de violencia contra candidaturas LGBT+ en las elecciones de 2022. Entre los registros, 30 casos estaban directamente relacionados con la LGBTfobia, siendo cuatro casos de lesbofobia.

¿Qué importancia tiene garantizar que las mujeres lesbianas estén representadas en la política institucional?
Estamos atravesadas por nuestra orientación, que nos posiciona en términos de cómo vemos el mundo, pero no somos solo nuestra orientación sexual. Legisladoras lesbianas han reflexionado e influido en el debate sobre los ejes estructurales y macro de las políticas públicas tales como la salud, el trabajo, el medio ambiente y la educación. De hecho, una de las estrategias de la violencia política LGBTfóbica es restringirnos a un nicho, como si estas legisladoras solo pudieran hablar de sexualidad y género en sus mandatos.
La vulnerabilidad social relacionada con la orientación afectiva sexual de las lesbianas las hace más sensibles a la hora de pensar y disputar políticas públicas y proyectos de ley inclusivos. Además, el movimiento lésbico en Brasil es progresista, y sus representantes han llevado la agenda de la inclusión social a los parlamentos. Esto es un dato que hemos recopilado sistemáticamente en las Marchas de Lesbianas y Bisexuales, que tienen lugar paralelamente a los Desfiles del Orgullo LGBT+. En estas ocasiones, registramos que las personas participantes están a favor de las agendas LGBT+ ademas de las reivindicaciones de otros movimientos, como el movimiento negro, y también tienen preferencia electoral por candidaturas de izquierda.
El aumento de la representación vinculado a una orientación política progresista, inclusiva y plural ha hecho posible que los parlamentos sean espacios de lucha por un mayor acceso a derechos que, de hecho, son igualitarios.
¿Cuáles son los principales desafíos para aumentar la representación de las mujeres lesbianas en la política brasileña actual?
El gran desafío ha sido acceder y permanecer en espacios institucionales abiertamente lesbofóbicos y sexistas. Este mes de agosto, en el que celebramos los días del orgullo y la visibilidad lésbica, seis parlamentarias abiertamente lesbianas han recibido amenazas de "violación correctiva", expresión utilizada para justificar la violación como forma de "corregir" la sexualidad que se desvía del "patrón". Este ejemplo demuestra cómo el objetivo de los ataques LGBTfóbicos a las legisladoras ha sido paralizar sus mandatos, sus agendas y su visibilidad.
La violencia política LGBTfóbica les obliga a gastar desproporcionadamente más recursos, tiempo y personal en defenderse, en lugar de proponer políticas públicas. Secuestran nuestras fechas que deberían ser dedicadas a reivindicaciones propositivas y tornan nuestra permanencia en la política un elemento de vulnerabilidad.
Por lo tanto, la visibilidad lésbica, si bien promueve la pertenencia, también amenaza la permanencia y existencia de estas legisladoras en la política, debido a nuestro contexto político conservador. Especialmente a aquellas que representan proyectos políticos progresistas basados en agendas feministas y dirigidas a la población LGBT+.
Por otro lado, es interesante observar cómo, incluso en este contexto adverso, se han conseguido victorias simbólicas. Por primera vez el Congreso Nacional ha sido sede de una sesión solemne en el Día de la Visibilidad Lésbica, el 29 de agosto, gracias a la movilización del mandato de la primera diputada federal abiertamente lesbiana que ocupa la Cámara, Daiana Santos.
Otro desafío para aumentar la representación es la falta de apoyo dentro de los partidos políticos. Es posible que el éxito electoral de las candidatas lesbianas se deba en parte a la legislación actual, que prevé recursos para las candidaturas de mujeres y personas negras. A pesar de ello, la falta de cupos o de asignación proporcional de los recursos públicos de los partidos a las candidaturas LGBT+ sigue siendo un reto para que estas personas representantes consigan estar en la política. Solo dos partidos prevén ya algún tipo de distribución de financiación a las candidaturas LGBT+, incluso sin obligación legal: el PT (Partido de los Trabajadores) y el PSOL (Partido Socialismo y Libertad).
¿De qué forma el aumento de la visibilidad lésbica puede llevar al aumento de la representatividad?
La mayor visibilidad de lesbianas crea y alimenta el imaginario de quienes se sienten representadas al reconocerse a sí mismas. Tener un punto de referencia es fundamental, para crear nuevos imaginarios y posibilidades de elección de los lugares en los que queremos estar y ocupar, tanto física como simbólicamente.
Con el aumento de la visibilidad, también hay una mayor comprensión de la diversidad de las realidades lésbicas, principalmente porque somos plurales y diversas, rompiendo con estigmas y estereotipos de cómo debe ser una lesbiana. Por ejemplo, significa que nuestra existencia no se reduce únicamente a la violencia, sino que también muestra otras historias y posibilidades de experiencia de vida.
Cuando una de nosotras es representada de forma positiva, con una trayectoria exitosa en la política, nos incentiva también a las otras a ocupar este espacio que siempre nos fue negado, alimentando así nuestros sueños y deseos.
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